Es el tiempo de la cosecha, siempre es tiempo de cosecha, y si alguna duda tuviera sobre eso pienso en el oxígeno que es producido en cada instante para que la respiración lleve ese alimento a mi cuerpo sin que yo lo note, pienso en la luz producida por el sol que en su generosidad me entrega de su fuego una luz cada ocho segundos, luz y oxígeno, una cosecha que no es un fruto de algo sembrado por mis manos. Mucho por decir queda si menciono los sentidos, todos atentos a cada movimiento, aromas, colores y formas, sabores, caricias y sensaciones, sonidos y música y palabras y narraciones.
Dejo fuera el enojo sin haber expuesto en modo alguno el origen de mi queja