El miedo es como un espejo en el que las cosas no se reflejan bien. Tú vas caminando junto a él, y en él aparece deformado todo lo que vives, si te ocupas en verlo, empiezas a creer que es la realidad y te asustas, te congelas, confundes la realidad con el reflejo. Es irremediable que el espejo siga paralelo a tu camino, porque tenemos una necesidad básica por observarnos, y nuestra primera mirada la encontramos ahí. Debes mantener claridad acerca de qué lado del camino es tu realidad, puedes evitar verlo, puedes mirarlo y constatar que tú realidad es la otra, la que está del lado tuyo.
