Esa lucha sin fuerza que se dobla sobre si misma para ocultarse otra vez, esa que apenas alcanza para saber que no todo es oscuridad, esa destapó ayer todo su verdor y asomó ebria por entre las cortinas para narrar todos los secretos que antes no dejó ver, pero no estabas ahí, no había una banquita para juntarme contigo a hablar de lo que otra vez no diré.
