Me gusta creer que las líneas de mi mano narran una historia contenida por un lenguaje secreto hecho con los trazos que se forman en la palma. El otro día, tras haber puesto una hormiga sobre la palma abierta de la mano izquierda noté que ella daba giros sobre una de las líneas, y sentía yo que me miraba, como inquieta de conocer lo escrito, claro, sin poder transmitírmelo.
Imagen de Isaac Fryxelius en Pixabay