Hemos perdido el poder de la tentación y de la risa, esta mañana un protegido de la calle subió al autobús a colectar monedas, antes de pedirlas nos sugirió a todos participar de una “Besatón”, eso mismo, en un bus sin mucho espacio entre los pasajeros el desconocido habitante de las aceras nos decía a todos, tomen a quien esté a su lado, besen como si fuesen infantes y esos labios la teta materna. A mi lado una muchacha universitaria, no más de diecinueve años, yo con cuarenta y cinco la hubiera besado hasta el final de la ruta, en cambio ella pareció no hacerle gracia alguna la propuesta sugerida, entonces yo puse el rostro de quienes van a juzgar a los que pasarán el resto de la eternidad en el infierno.
