Abres al máximo la boca, dejas salir tu aliento y lo recibes en la palma de la mano, se te ocurre ver un espejo entre las líneas, el aroma observándose, así como los ojos se ven a ellos mismos en los espejos de la casa, así el aliento se mira en la palma abierta. Continúas, entiendes que también hay pisos térmicos en la sala, sientes la cabeza más caliente que los pies, los brazos y las piernas con otra temperatura, los pies se resienten por le frío que sale debajo del sofá.
