Otra vez caímos sexuados ante la tentación, cedimos al impulso y luego cansados de la rutina nos abandonamos para que después pudiésemos extrañarnos, unas veces de lo ocurrido, y otras porque nos hacemos falta.
Hay otro tiempo para los dos, posterior a este, no en paralelo como lo soñábamos antes, este, el nuestro, es secuencial, va después del abandono, nos debíamos el rompimiento, era necesario, tú en un lugar y yo en el otro tras haber rasgado la hoja en la que estábamos juntos.