Dice mi padre, lleva a casa a una mujer que tienda su mano para acoger la tuya, que abra sus brazos para llenarte de esperanza y cubrirte de ternura. Una mujer hecha de madera y tierra, que en ella confluyan el seno abierto que da cauce al río, la montaña cubierta de bosque y la llanura abierta, el árbol ligero ante el viento y la fuerza del árbol ante la tormenta.
