Te acuerdas cuando dormía a tu lado en la camilla, en la sala de urgencias debías esperar a que el médico volviera a revisar tus síntomas, me decías, hazte más cerca que hace frío, yo ponía mi pecho contra tu espalda, y me decías, tengo frío en las piernas, yo ponía una de mis piernas entre las tuyas y te iba masajeando, y me decías, tengo frío en el pecho, yo ponía mi mano sobre tu blusa, me pedías que la pusiera dentro, entonces empezaba a moverme detrás de tu cuerpo, a tu ritmo. La enfermera venía a decirte, señorita no se mueva porque va a caerse. Volvías a odiar que yo fuese un hombre invisible y me empujabas hasta caerme.
