Él sabe que su esposa está vistiéndose para una cita, los sonidos de sus movimientos le llegan con un dolor que lo devuelven al llanto de la infancia. Un par de segundos, un pensamiento, va a vengarse. Se acomoda debajo de las sábanas, se acaricia los genitales, piensa en una amiga, la masturbación solitaria y sin ruidos lo lleva al orgasmo, moja el lado de la cama de su esposa. Se va. Su esposa sale a buscarlo y se sorprende al no verlo.