
Visitas a la memoria infantil III
La puerta estaba abierta, entró, saludó, elevó la voz, dijo el nombre de la abuela, desde el cuarto una tos herida de polvo fue el único saludo, fue hasta ahí, vio a la abuela doblándose, irguiéndose nuevamente, sintió temor de las arrugas en el rostro de ella, toco el propio, los nervios seguían jugando con ella, las manos propias estaban resecas, la abuela se sentó … Continúa leyendo Visitas a la memoria infantil III