
Encuentros VI
El nivel de ruido de los autos en la calle empezó a molestarme, al tiempo que el ruido subía, yo me hacía más sensible y empezaba a taparme los oídos, no era suficiente, sin que pudiera evitarlo empecé a romper con las uñas la piel en las orejas, luego los dedos entraron y surcaron el oído interior como si fuese dulce, luego, poco a poco, … Continúa leyendo Encuentros VI