En la mañana el vigilante del edificio ve salir a quienes van a su trabajo, y hace un par de semanas que mira sorprendido a los del 804 que salen cada uno en horarios distintos, unas veces ella cinco minutos antes, otras veces él. El señor que les ayuda con el aseo del apartamento venía una vez los lunes, ahora lo hace también los jueves. En la noche, del mismo modo que al comenzar el día, cada uno llega en horario distinto, muy diferente a como era antes, salían ambos en el mismo automóvil, llegaban casi a tiempo, cuando no es que llegaban juntos.El compañero de turno mira al vigilante y le dice, esas cosas pasan, fíjate en el señor del 701 que había puesto en su ventana un letrero de arrendamiento, «se arrienda», y lo quitó la misma semana en que a la del 702 lo visitó un joven que cuando se presentó en la portería dijo entraba solo por unas horas, y la semana pasada trajo unos gatos que parecen perdidos viendo por la ventana.