A mi amigo no le importan las personas populares que son mencionadas en todos los medios, incluye actores, industriales, músicos, presentadores, y cualquiera de esas personas que salen cada día publicado en los medios que leemos todos, le importan más aquellos que están desarrolando ideas acerca de la deconstrucción del mundo o de la construcción de uno nuevo que no incluye a los otros. Le gusta repetir en las conversaciones de mesa en la hora de la cena que nos ocupamos más en los músicos que no nos gustan, las películas malas vistas por todos, los actos de los políticos pasajeros, que en hablar acerca de los economistas que están ajustando las cifras para quitar posibilidades a las masas y dárselas a quienes viven la cúspide, él quiere ocupar las conversaciones en esos a los cuales le fue dada la oportunidad de programar los computadores para tomar decisiones a nombre de pocos, quiere hablar de esos líderes detrás de la publicidad convenciendo a los jóvenes de no tener hijos, porque los jóvenes creen que defienden al mundo con eso, en cambio él cree que con ello lo esperado por los gobernantes es que los jóvenes acumulen fortunas que no hereden a nadie, así como las religiones le dieron la fortuna a los sacerdotes sin permitirles tener descendencia, para que nadie reclame sus posesiones. A mi amigo se la acaban las palabras, a mí el sueño, y me desvelo con sus preocupaciones.