Si te detienes y concentras en escuchar los ruidos sabrás que en la cocina de los vecinos una olla siente el rechinar del agua hirviendo dentro de ella, oirás el agua repartirse líquida por la tubería ante la liberación que le ofrece una llave abierta. Si te concentras alcanzarás a viajar con la velocidad de los autos al escuchar las llantas roer su cara de caucho en la piel asfaltada de la calle, y sobre todo oirás el impulso controlado de un corazón que como el tuyo esta noche se detiene a escuchar los ruidos.