Yo solo puedo apropiar de mi vida un día para ti, este del que no sé su nombre, y con él, no tu cuerpo ni tu espíritu, con él quiero la forma de tu pensamiento, el hemisferio verbal, el meridiano enquistado en tu dilucidar, la intuición inseminada en tu madrugada, las hectáreas de destinos destajados en tus manos por el anzuelo del deseo extendiéndose hacia el futuro.