El reloj despertador no ha timbrado, su estornudo no ha sonado aún, lo tomo con una mano mientras con la otra busco los anteojos. Tengo la sensación de que es tarde, la luz por la ventana expresa el carácter de la mañana, el amanecer está envejeciendo ya. El reloj está apagado, no hay sombra ni luz en lo que deberían ser líneas y puntos indicando la hora. Me levanto, un movimiento más sobre la mesa y encuentro el reloj, parece que hay huelga de relojes, está estacionado en el momento que la noche anterior lo dejé sobre la mesa.
Imagen de Monoar Rahman Rony en Pixabay