Otro, uno que estaba bajo la piel, uno que va cobrando distancias y se atiene apenas al tiempo que posee en un segundo, uno que sabe del cambio sin afrenta, del ir y volver, y caer y levantarse pensando en que todos alrededor son lo mismo, los mismos seres ante la soledad del universo, los mismos llenos de la saciedad de toda la existencia, otro en todo caso, en constante movimiento interno, aunque afuera todo parezca estático en las formas.
