Anoche, sin que yo lo supiera entraste a mi cuarto, caminaste descalza alrededor de mi cama, estuviste viéndome largos minutos sentada al borde de mi cama, querías besarme, sabías que si lo hacías me despertarías. Esta mañana supe que habías estado, tú no lo notas, cada uno de tus pasos aparece marcados con tierra, dejas un manto de tierra abonada cada que pisas mi cuarto. Yo tomo semillas de girasol que guardo en el cajón de mi mesa y los lanzo para que germinen en la tierra que nace de tus huellas. La mujer que va cada semana a limpiar el apartamento se molesta porque lo encuentra lleno de tierra, limpia todo, hecha la tierra en una bolsa, la lleva al parque cerca del apartamento, ella parece no notarlo, solo hay girasoles en ese parque, estos no miran hacia el sol, ven hacia el oriente en donde se encuentra tu casa.
Imagen de S.Hwan CHO en Pixabay