Ella pone su sombra afuera de la puerta, su cuerpo sigue dentro, la luz del pasillo convoca al apéndice sin peso que alarga su cuerpo. Me dice, nota lo siguiente, no soy esta sombra que produce en mi la luz, soy el cuerpo y lo que llevo dentro, la sombra no me alarga ni me extiende; así tú, lo que dicen de ti es una sombra que te proyecta, y puede estar fuera de los lugares que ocupas, si cierras las puertas de esos sitios, en dónde esté la sombra no importa. Si la luz deja de alumbrarte la sombra desaparece y tú en cambio sigues ahí, siendo tú sin luz alguna.
