La mujer que me gusta ha vuelto de la cocina, trajo un café caliente para mí, ella con una copa de vino me invitó a un brindis, cuando cada uno levantó su brazo; la copa, la taza, me pidió cambiar los líquidos, y me dijo, así la vida, empieza siendo alguien y estás dispuesto a ser el otro, así el amor.
