Las letras de tu nombre vuelven ordenadas en ascenso perfecto hasta mi boca, las pronuncio separadas sin que digan algo, las junto y de esa manera un estallido se forma en mi boca, una sensación de clima fértil, de hablar para sentirme satisfecho. Dije tu nombre sobre mis manos abiertas y supe del éxtasis en las líneas de la palma al percibir el aliento, una sucesión de pálpitos y vértigos, eso ocurre al decir la primera sílaba y continúa hasta decir la última.
