Hablemos de ese relámpago sin trueno que llega repentinamente a tu memoria y trae la forma de un cuerpo y un espacio, un lugar y un tiempo, de las nubes a las que temes cuando estás a punto de salir hacia la calle, de los muchos días que no has mirado desde la ventana hacia el firmamento, de esa última vez en que fue para ti la última porción de la galleta, de estar pendiente de una respuesta y olvidarlo porque llegará a destiempo
