Rodar rutinas
Habíamos acordado encontrarnos a las seis y treinta de la mañana. Él dijo, ese es un buen momento para rodar. A las cuatro y cuarenta el despertador despertó hasta los piojos que duermen debajo de la alfombra, yo giré, levanté el brazo, antes de presionar el botón que lo apaga pensé en dejarlo sonar y aumentarle el volumen hasta que todos los vecinos tuviesen que … Continúa leyendo Rodar rutinas