Se enciende en el primer parpadeo

La ciudad se apaga cuando mis ojos se cierran, queda enterrada en la luz, cáliz de sol o hielo de lámparas, da igual. Juega una partida desigual con el sonido, el silencio le viene bien pero todo lo que la llena está inflado de ruido. Aunque se habla de música y de fervor industrial, ningún canto se oye, ninguna máquina es héroe de acero, solo bocanadas constantes desprendiendo tufo ruidoso que apaga lo quiere ser escuchado, lo que los oídos esperan oír. La ciudad se enciende en el primer parpadeo, es otra vez, el mismo huraño lugar en donde todos presienten la muerte y le huyen yendo de uno a otro lugar.

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